miércoles, 21 de noviembre de 2012


Libertad, igualdad y fraternidad.


¿Qué es la utopía?

La utopía es aquella situación deseable e irrealizable en el momento que se plantea. A partir de esta definición de utopía intentaré explicar un poco mis ideas de lo que convertiría a nuestra tierra en un lugar mejor para todos.

Lo primero de todo es explicar a grandes rasgos cual es mi idea de situación deseable, los pilares en los que se tiene que sostener la sociedad. Estos principios que considero básicos no son otros que los de la revolución francesa: libertad, igualdad y fraternidad.

La libertad es el más importante de los tres, pero es necesario que coexista con los otros dos por aquello de que no es lo mismo libertad que libertinaje. Sólo si los individuos sienten la capacidad de realizar aquello que ansían, sin trabas e imposiciones, se sentirán libres. Aunque si se piensa en el individuo como parte de un grupo, hay que tener en cuenta la posibilidad de que las acciones de uno creen impedimentos a las aspiraciones de otros.


He aquí la necesidad de la fraternidad, es decir, para que una sociedad sea libre es requisito imprescindible el respeto entre sus miembros. Con esto quiero decir que es necesario que las personas no puedan fundamentar sus acciones sólo en fines egoistas, sino que en la medida de lo posible deben de tener siempre en cuenta los costes colaterales de su acción.
Para hacer un resumen, a la vez que una defensa, de la hipótesis planteada, presentaré un ejemplo a continuación.
Supongamos una sociedad en la que un individuo quiere crear una empresa de limpieza, y en la que a simple vista la ley no pone traba alguna. Al tratarse de un fin con poca necesidad de capital, cualquiera puede hacerlo. Es también una situación que no ha de irrunpir en la libertad de nadie, por lo que no se vulnera la fraternidad.
Recordemos que este es un sólo ejemplo, pero existen muchos que demuestran que nuestra sociedad está muy lejos de cumplir estos deseables principios.


Tan importante ha de considerarse la igualdad de todas las personas en cuanto a oportunidades, derechos y obligaciones, pues sin esta condición, no será posible una libertad real. Así si alguien ansía algo, pero no puede acceder a ello mientras otros sí pueden, se sentirá cohibido o rechazado para este fin.


Ahora bien, cuando nos ponemos a ello, observamos que hay que seguir unas vías burocráticas, las cuáles no son conocidas por la mayor parte de la población (primer impedimento salvable con dinero: asesoría). También encontramos la necesidad de invertir en impuestos (segundo) y así podría escribir una gran lista.